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El prelado explicó que ser prudente no significa ser temeroso o hipócrita, tampoco caer en la arrogancia o en la dobles.
"La prudencia se convierte en criterio de nuestra actuación, a través de una razón humilde, disciplinada y vigilante que no se deja ofuscar por prejuicios y no juzga por deseos ni pasiones.", precisó.
Aclaró que la prudencia es sinónimo de buscar la verdad y de actuar conforme a ella.
Al referirse a la sencillez, dijo que es estar unificados en la pasión por Cristo, estar identificados por la vocación, confiar en Dios y pensar y actuar como Jesucristo.
Recordó que el riesgo de no actuar conforme a la sencillez es ingresar al terreno de aquellos que se dejan seducir por la tentación de la falsa convicción de que no es posible vivir integralmente el Evangelio.
Advirtió que seguir el camino de la sencillez y la prudencia hará que sean víctimas de persecuciones y que permanentemente estén en conflicto con el pensamiento dominante de estos tiempos.
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